
Autor: Guillermo Pulecio
I
La luna platea
su leve luz por la ventana.
Pasa y mira.
Nena
se extasía,
mira cómo se pierde
en la profundidad del espejo
el vuelo de una mosca.
Ella
no mueve ni un pelo.
Espera.
Su amo espera.
Quiere descubrir el misterio.
Sus ojos solo observan,
su nariz respingada
percibe todo.
De pronto
afina la distancia
salta
y la captura al vuelo.
II
¿Sabrá la utilidad de los espejos?
III
Nena
se mira en el cristal.
¿Qué pasará por su cabeza?
IV
Su melena
dorada y ámbar
cae tersa
sobre sus hombros
de gozque sin linaje.
¿Se sentirá hermosa?
¿Su vanidad será efímera?
¿Cómo sabe mirarse en la vitrina?
Solo observa
la dirección de los pasos de su ama.
V
Debieron llamarla
salvada de las aguas.
Una canasta atorada entre juncos
la entregó a su amo.
VI
¿Recordará a sus hermanos?
VII
Ella, Blacky y Lupita
sin tener aún
luz en los ojos
flotaron
al vaivén de las olas de la muerte:
gracias a esa caridad miserable
que nos permitimos los humanos.
VIII
Nena
cohabita en esta casa.
Se hizo dueña de todos los espejos.